ANTICONSTITUCIONALIZACIONALMENTE ESTUPIDO

Si estas buscando una web y por equivocación pulsas la página 10 de resultados del google, entrando aquí, entonces es que este es tu sitio. El destino, tu atrofia muscular en las manos o la pura o puta mala o buena suerte han dado con tus huesos en este "usted está aquí" y sabes de sobra, aunque no logras expresarlo con palabras, que contra eso no se puede bregar, así es que es mejor que te dejes llevar. A lo mejor sacas algo en claro, aunque sólo sea el no sacarlo.

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Lugar: Spain

martes, marzo 21, 2006

RESACA DE AGUA DULCE

Apareces con los pelos irreconocibles, cada uno apuntando a una dirección distinta como si renegasen de sus compañeros y no quisiesen ni saber de su existencia. Los músculos de la cara están contraídos porque deben haber librado una batalla encarnizada de la que han salido tan fortalecidos por el ejercicio que se han convertido en abotargados culturistas del olimpo de los rostros. Surcando las riberas de la lengua con insalubre consecuencia se encuentran un cúmulo de sabores cuya causa desconoces pero que intuyes como algo semejante a degustar un buffet libre de todas las comidas que aborreces. Un chasquido quejumbroso de huesos que creías no tener te rescata del letargo que muy cortésmente han tenido a bien someterte unos párpados hinchados y atestados de legañas exiliadas del reino de los pegamentos. Morando también por esos reducidos y selectos círculos subsisten los ácaros que te dan un aspecto tan artificialmente bronceado como peculiarmente cadavérico. Bajo una cabeza del mismo tamaño pero que parece estar sometida al doble de gravedad, recónditos resquicios de memoria perdida luchan por avivar recuerdos de hace sólo unas horas que se encuentran tan enterrados como los de hace unos años. Tras albergar en tu cuerpo el líquido necesario para regenerarte, te entristeces pensando que tal vez has convertido en un desierto lo que en tiempos fue un apacible estanque de cristalinas aguas, y empiezas a notar el vínculo arcano que has creado con la cama y que te llama susurrante como a un polo su opuesto hasta entrar de nuevo en irremediable contacto y alcanzar el estado de semiinconsciencia deseado, mientras te repites que todas estas taras físicas afortunadamente temporales las has adquirido mediante un acuerdo tácito contigo mismo firmado la noche anterior en pos de una agradable velada con tus sentimientos de evasión y disfrute.

JASAS