ANTICONSTITUCIONALIZACIONALMENTE ESTUPIDO

Si estas buscando una web y por equivocación pulsas la página 10 de resultados del google, entrando aquí, entonces es que este es tu sitio. El destino, tu atrofia muscular en las manos o la pura o puta mala o buena suerte han dado con tus huesos en este "usted está aquí" y sabes de sobra, aunque no logras expresarlo con palabras, que contra eso no se puede bregar, así es que es mejor que te dejes llevar. A lo mejor sacas algo en claro, aunque sólo sea el no sacarlo.

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viernes, diciembre 30, 2005

DIARIO DE UN CALENDARIO



DIARIO DE UN CALENDARIO

Se ha tirado en la cama con un prolongado lamento y le han crujido las rodillas. Ayer hizo una visita a su médico de cabecera porque se estaba quedando muy delgado y este le dijo que le quedaban solo unos días de vida. Antes de apagarse las velas se queda recordando épocas más prosperas en las que estaba lleno de energía Apenas le habían pegado en la pared ya se mantenía en pie por si mismo. Aún siente como si fuese ayer el primer día que salió de fiesta aquel lejano martes de carnaval en que se disfrazó de calendario de playboy. Qué tiempos…era sólo un crío lleno de ilusiones y expectativas. Y su boda.., se casó con una preciosa año bisiesto siendo ambos muy jóvenes. Acudieron todos su s amigos, allí estaban Veintitres de Abril, Uno de Mayo, Inmaculada, San José…ay…que bien lo pasaban por entonces todos juntos. Pero un triste 28 de febrero su querida esposa tuvo que partir a un largo viaje y aunque la buscó fervientemente ya nunca más volvió a verla. Hay quien dice que aún hoy está viva, colgada en alguna pared de cocina, y que mantiene su esbelta figura y su angelical sonrisa. Apenado por la pérdida, los días se le fueron pasando muy lentamente hasta la llegada de la primavera, cuando recuperó la alegría y conoció, allá por mayo, a una entrañable calendario judía, con la que contrajo matrimonio y sentó la cabeza. En agosto, con el calor del verano, tuvieron un pequeño calendario chino 2006 y una rubita platino calendario lunar .
Su mujer no pudo superar el crudo invierno y ahora se veía solo. Las fuerzas le flaqueaban y las hojas se le pegaban una a otras. Su única compañía era su viejo amigo San Silvestre, con quien intercambiaba viejas batallas.
Cerca ya del final, Dosmil Cinco releyó uno de los proverbios que se había memorizado a lo largo de sus 365 dias de existencia y se dio cuenta, satisfecho, de que había tenido una vida plena y llena de aventuras “Contemplar es abolir el tiempo”, y con esa idea, se despojó entre confetis y serpentinas de Treinta y Uno de Diciembre.

JASAS