"YA TE LLAMARÉ"
Voy a proponer un ejercicio muy sencillo. Coge tu agenda telefónica e intenta acordarte de las 3 primeras cifras del número de móvil de cada una de las personas que tienes en la lista…¿de cuantas de estas personas has logrado recordarlo? No son demasiadas, ¿verdad?, apostaría a que puedes contarlas con los dedos de las manos. Incluso podrías borrar todos los teléfonos de los que no te has acordado y no pasaría nada.
Si te has acordado de 5 ó menos, por fuerza conoces mucho a poca gente y si te has acordado de más de 10, por una simple cuestión de tiempo disponible, conoces a mucha gente poco. Es curioso, plantéatelo ahora al revés. Piensa. Haz un cálculo aproximado, ¿cuánta gente crees que ha recordado tu número? ponles nombre y cara. Podrías desaparecer de la agenda telefónica de los que no se han acordado y no pasaría nada. Es más, se podrían borrar de todas las listas todos los números que no han sido recordados mutuamente y seguiría sin pasar nada. Se puede llegar a la conclusión de que muy pocas personas son auténticamente relevantes en la vida del resto. Podríamos decir por tanto que en términos relativos vivimos en un planeta habitado por unas 15 personas, y a pesar de ello, algunas ni siquiera se acuerdan de nosotros y viceversa. Así de estúpido es el hombre, que tras miles de años de existencia juzga como uno de sus mayores logros el haber inventado un aparato para que 15 personas se comuniquen de vez en cuando y si la cobertura, la batería y el saldo lo permiten.
Si te has acordado de 5 ó menos, por fuerza conoces mucho a poca gente y si te has acordado de más de 10, por una simple cuestión de tiempo disponible, conoces a mucha gente poco. Es curioso, plantéatelo ahora al revés. Piensa. Haz un cálculo aproximado, ¿cuánta gente crees que ha recordado tu número? ponles nombre y cara. Podrías desaparecer de la agenda telefónica de los que no se han acordado y no pasaría nada. Es más, se podrían borrar de todas las listas todos los números que no han sido recordados mutuamente y seguiría sin pasar nada. Se puede llegar a la conclusión de que muy pocas personas son auténticamente relevantes en la vida del resto. Podríamos decir por tanto que en términos relativos vivimos en un planeta habitado por unas 15 personas, y a pesar de ello, algunas ni siquiera se acuerdan de nosotros y viceversa. Así de estúpido es el hombre, que tras miles de años de existencia juzga como uno de sus mayores logros el haber inventado un aparato para que 15 personas se comuniquen de vez en cuando y si la cobertura, la batería y el saldo lo permiten.
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