FOREVER YOUNG
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He querido que esta sea una entrada especial en el blog. Parece que al fin ha llegado el momento de despedirse de la universidad, pero sobre todo de la gente maravillosa que me ha llevado a conocer (ya sabéis quienes sois). Se que nada va a ser ni remotamente tan bueno como lo fue esto, pero los recuerdos de las carcajadas, de las anécdotas, de los inolvidables momentos estarán siempre presentes en el álbum de fotos de mi memoria, y cada vez que lo abra para echarle un vistazo sabré que hubo un tiempo en que lo principal era ser feliz, y todo lo demás podía esperar. La presiones, la prisa por llegar a algo…eso en realidad no existía en la universidad, porque nunca sabías con certeza como iba a ser el día siguiente, que iba a ocurrir ni a quien ibas a conocer. Si un día no querías hacer algo en concreto, simplemente no lo hacías y no pasaba nada pero si necesitabas hacer algo o hablar con alguien, era fácil encontrar una mano amiga que te ayudase. He estado pensando en ello y lo he comprendido, me he dado cuenta de que el auténtico significado de hacer una carrera no es obtener un título, ni siquiera ganarse la vida, sino tener algo de lo que acordarse el resto de ella. Por eso estas líneas son un regalo, una dedicatoria…en definitiva: un homenaje a todos aquellos que habéis contribuido a superar las expectativas que uno tenía de lo que iba a ser todo este asunto de la universidad. ¡GRACIAS!
JORGE