ANTICONSTITUCIONALIZACIONALMENTE ESTUPIDO

Si estas buscando una web y por equivocación pulsas la página 10 de resultados del google, entrando aquí, entonces es que este es tu sitio. El destino, tu atrofia muscular en las manos o la pura o puta mala o buena suerte han dado con tus huesos en este "usted está aquí" y sabes de sobra, aunque no logras expresarlo con palabras, que contra eso no se puede bregar, así es que es mejor que te dejes llevar. A lo mejor sacas algo en claro, aunque sólo sea el no sacarlo.

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Lugar: Spain

jueves, julio 31, 2008

EL RASTRO DE LOS SIN ROSTRO

Cuando paseo por mi ciudad, hay veces que creo que me encontraré con alguna vieja cara, con algún antiguo amigo, aunque sepa que es imposible porque ya no están allí. Pero la sensación que me recorre es la misma que cuando si estaban. Es un sentimiento de espera inacabable. Como el de quien espera un tren que se retrasa porque nunca llegó a salir.
Lo que me inquieta es el hecho de estar yo paseando y poder ser encontrado, pero ya no por esas personas pasadas, por esas viejas caras...y me pregunto si por ello soy ahora menos real que antes, puesto que mi todo está conformado en parte por esas personas y el tiempo que pasaba con ellas.
Se podría plantear la idea de que, en la actualidad, esa vida, por consiguiente, estaría conformada por las caras del presente, de hoy, pero es una ley inevitable que con el paso de los años el círculo de caras se va reduciendo, se va quedando en unas pocas caras identificables y muchas apenas definidas, que aún a pesar de encontrarse cercanas en el espacio, se sienten como muy lejanas en comparación con las antiguas.
Aumenta el número de caras total, pero disminuye el del sitio donde crecí y en donde soy más yo. Haciendo ese sitio más impersonal. Imaginario casi. Como si fuese su propia réplica ocupada por personas sin cara. Y yo en medio. Con mi cara sobrante, difusa para el resto. Pero mis ojos no dejan de buscar y mi pensamiento de pensar que allí tienen que estar las caras antiguas, doblando cualquier esquina, sonriendo en cualquier bar...

JASAS

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pero, amigo Jorge, todo eso hace de ese momento de encuentro con esas viejas caras conocidas, con esa sonrisa repentina en cualquier bar, algo mucho más mágico. Son momentos que, en su día, por su frecuencia y el saber que podrían repetirse al día siguiente,o la semana próxima... no valorábamos. Y ahora nos encontramos en el metro de Madrid con ganas de abrazar al vagabundo "politono mayudan" porque él también es una de esas caras conocidas que se perdieron en el tiempo y el espacio.
Piensa que en algún momento también tendremos nostalgia de las caras del ahora... que también nos está haciendo ser como somos y como seremos en el futuro.
Y el número de caras seguirá aumentando, junto con la nostalgia que sintamos al recordarlas.
Mientras tanto sigamos caminando por nuestra ciudad fantasma para que no nos guarde rencor como una antigua novia, celosa y olvidada.

julio 31, 2008 11:49 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

A pesar de la melancolía decadente de tu texto debo reconocer que me ha gustado, y que me siento identificado.

He sentido muchas veces lo mismo, "como si paseara por un escenario vacío" decía yo...
Las calles de siempre, con su bullicio y sus rincones, en las que sólo queda el eco de antiguas vivencias me provocaban la sensación de pasear por un mundo de atrezzo en el que habían cambiado a todos los actores... Y del que ya no formaba parte.

Es una sensación rara, pero como dice Paty, esa pensadora tan entrañable, a la vida se van sumando nuevos personajes que nos aportan cosas interesantes.

Nos vemos en Tallin, perracas!

P.d.: En el metro de Madrid me encontré a gente que hacía muuuucho que no veía... Las primeras veces me emocionaba, luego pues casi que me resultaba pesado jeje

agosto 08, 2008 10:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tal vez es el miedo a que el encuentro quede en una mera conversación insulsa sobre una película, el tiempo y una sonrisa forzada al rememorar dos anécdotas pasadas. El miedo a que todos esos grandes recuerdos que nos conforman y que todavía uno busca revivir sean una fruslería.

El Currante Veraniego Enmascarado

agosto 18, 2008 5:28 p. m.  

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