TEORÍA DEL NEGATIVISMO POSITIVISTA Y DISENSIONES DEL DESVIRTÚE
Existen dos tipos de personas. Quienes ven en cualquier problema algo provechoso, y que constantemente piensan en el lado amable de la vida obviando lo negativo; y aquellos que encuentran inconvenientes a todo lo que se les pone por delante, por muy favorable que a priori parezca.
Si perteneces al segundo grupo, te doy mi enhorabuena. Has emprendido un camino de consciencia de la realidad y alcanzas a ver más allá de tus narices. Y aunque te sabes consciente de lo bueno que te rodea (cuando te rodea), tratas de protegerlo con un aura mística de malos presagios y corrientes negativas. De esta forma, si la frágil textura de lo beneficioso se rasga, lograrás asirte a la tersa y poderosa red de malos augurios que has creado, en vez de caer en el vacío, perdido. Y desde ahí, podrás volver a sentarte pacientemente, a esperar a que pique algo bueno, fresco y grande.
Nunca te sabrá tan bien lo bueno como a quien no tiene gusto para diferenciar lo malo, pero a cambio rara vez te sentirás desprevenido o tonto "por no haberlo pensado antes".
Si, es un camino hacia la pérdida de la ingenuidad, en pos del conocimiento (de cualquier cosa). Porque desafortunadamente el conocimiento y la ingenuidad son del todo incompatibles. De ser ingenuo a saber y comprender. De ser niño a ser hombre.
Esto hará que camines con cierto semblante sombrío, y que generes desconfianza e inquietud a quienes pertenecen al primer grupo. Sin embargo, y en realidad, aunque ni tu mismo lo pienses, lo tuyo se trata de una permanente búsqueda de algo mejor, de un inconformismo innato. Es por eso que todo lo ves defectuoso, incompleto. Y me temo que lo verás siempre así. Pero es preferible ir siempre en pos de una meta, aunque se sepa inalcanzable e imposible de descifrar, que cruzar una meta imaginaria construida sobre cimientos de papel, pensando que triunfaste cuando lo que hiciste fue seguir la linea de puntos que te marcaron para alcanzar la más dura de las drogas: la felicidad. Si, amigo, porque si te acostumbras a esa droga y en algún momento no te llega para la siguiente dosis, estarás condenado.
Es una concepción bastante platónica e idealista de las cosas, y por eso, cuando adquieres vivencias cercanas a esa fatigosa búsqueda, las encierras en la caja fuerte de la memoria y evitas revivirlas para que no pierdan su mágica esencia, para que no se conviertan en algo vulgar, en una meta de papel. Alejarte para acercarte.
JASAS
Si perteneces al segundo grupo, te doy mi enhorabuena. Has emprendido un camino de consciencia de la realidad y alcanzas a ver más allá de tus narices. Y aunque te sabes consciente de lo bueno que te rodea (cuando te rodea), tratas de protegerlo con un aura mística de malos presagios y corrientes negativas. De esta forma, si la frágil textura de lo beneficioso se rasga, lograrás asirte a la tersa y poderosa red de malos augurios que has creado, en vez de caer en el vacío, perdido. Y desde ahí, podrás volver a sentarte pacientemente, a esperar a que pique algo bueno, fresco y grande.
Nunca te sabrá tan bien lo bueno como a quien no tiene gusto para diferenciar lo malo, pero a cambio rara vez te sentirás desprevenido o tonto "por no haberlo pensado antes".
Si, es un camino hacia la pérdida de la ingenuidad, en pos del conocimiento (de cualquier cosa). Porque desafortunadamente el conocimiento y la ingenuidad son del todo incompatibles. De ser ingenuo a saber y comprender. De ser niño a ser hombre.
Esto hará que camines con cierto semblante sombrío, y que generes desconfianza e inquietud a quienes pertenecen al primer grupo. Sin embargo, y en realidad, aunque ni tu mismo lo pienses, lo tuyo se trata de una permanente búsqueda de algo mejor, de un inconformismo innato. Es por eso que todo lo ves defectuoso, incompleto. Y me temo que lo verás siempre así. Pero es preferible ir siempre en pos de una meta, aunque se sepa inalcanzable e imposible de descifrar, que cruzar una meta imaginaria construida sobre cimientos de papel, pensando que triunfaste cuando lo que hiciste fue seguir la linea de puntos que te marcaron para alcanzar la más dura de las drogas: la felicidad. Si, amigo, porque si te acostumbras a esa droga y en algún momento no te llega para la siguiente dosis, estarás condenado.
Es una concepción bastante platónica e idealista de las cosas, y por eso, cuando adquieres vivencias cercanas a esa fatigosa búsqueda, las encierras en la caja fuerte de la memoria y evitas revivirlas para que no pierdan su mágica esencia, para que no se conviertan en algo vulgar, en una meta de papel. Alejarte para acercarte.
JASAS