ME RAYO
Con la venidera sensación de autorreclusión que se me avecina por decimocuarta vez nada menos en época universitaria, no tengo más remedio que desquitarme con una antigua y, en círculos muy reducidos conocida oda a la mala leche. Desde aquí y donde quiera que ahora amenace, un sentido recuerdo para Merayo, fuente de mi inspiración y, por que no decirlo, también de mi expiración si algún día lee esto.
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“ME RAYO”
Cuando tratas de reirte de mi no te das cuenta que estas poniendo tu vida en peligro, tío, estas jugando con fuego y puedes acabar quemándote, y eso no es bueno, porque yo los incendios los apago o los provoco pero nunca me rozan un solo pelo. Solo tienes que mirarme a los ojos y entenderás el error en que caes intentando quedarte conmigo. De verdad crees que niñatos como tu pueden hacer algo contra mi?; yo soy un duro, tío, y estoy muy loco. Yo no tengo enemigos porque cuando los defino como tales, voy a por ellos, y no descanso hasta verles arrastrarse y suplicar que les deje chuparme las suelas de los zapatos. Yo no duermo con ositos de peluche como las nenazas como tu, duermo con una pipa, tío, y nunca me falla. Sabes una cosa, yo a los chicos malos como tu les enderezco, tronco, y les guío por el buen camino, y ese camino acaba aquí, donde estoy yo, que soy el bache, el socavón, y te será muy difícil esquivarme si yo no quiero que lo hagas. Todos los tipos chungos que ves en el cine con tus papas cada fin de semana no son más que personajes basados en individuos reales como yo; no te conviene llevarte mal conmigo, muchacho, porque el ultimo que lo hizo no se volvió a llevar mal con nadie. Escúchame bien, yo tengo un huerto, y últimamente me falta abono, entiendes lo que te quiero decir. Si quieres conservarte de una pieza preferirás no encontrarte conmigo dos veces, las segundas partes nunca fueron buenas, preferirás no ser un hombre para no ser el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; y todos sabemos que las piedras se pueden convetir en un arma, no me gustaría que eso pasase porque se lo que es querer cagarse de miedo en los pantalones y no poder por miedo a que huelan ese miedo, lo veo cada día reflejado en los ojos de aprendices de la vida como tu. no tengas la mas mínima duda de que he pasado por todo lo que puede destrozar a un hombre y lo he destrozado yo primero, porque el que da, óyeme bien, el que da, tiene que saber como dar para luego no tener que recibir, ha de dar duro, directo al alma, partirla en dos, porque si no, mocoso, tendrás que ir el resto de tu miserable vida mirando tras cada equina que dobles, cada calle que cruces, cada túnel que atravieses. Tarde o temprano cometerás un fallo y entrarás en un callejón sin salida, y ahí estaré yo esperándote, al final de ese camino, y te acordarás de lo que hoy te dije y de lo tonto que fuiste al no agachar la cabeza en ese momento. Créeme si te digo que cuando un hombre a tocado fondo, cuando se ha arrinconado a si mismo, se vuelve peligroso, impredecible, si un hombre no tiene nada que perder, otro hombre perderá todo lo que tiene cuando se crucé con él. Es así de sencillo, si invades mi espacio vital adquirirás un espacio mortal y tu vida no valdrá un mísero chavo, me aseguraré de ello, cotizarás muy a la baja.
JASAS
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“ME RAYO”
Cuando tratas de reirte de mi no te das cuenta que estas poniendo tu vida en peligro, tío, estas jugando con fuego y puedes acabar quemándote, y eso no es bueno, porque yo los incendios los apago o los provoco pero nunca me rozan un solo pelo. Solo tienes que mirarme a los ojos y entenderás el error en que caes intentando quedarte conmigo. De verdad crees que niñatos como tu pueden hacer algo contra mi?; yo soy un duro, tío, y estoy muy loco. Yo no tengo enemigos porque cuando los defino como tales, voy a por ellos, y no descanso hasta verles arrastrarse y suplicar que les deje chuparme las suelas de los zapatos. Yo no duermo con ositos de peluche como las nenazas como tu, duermo con una pipa, tío, y nunca me falla. Sabes una cosa, yo a los chicos malos como tu les enderezco, tronco, y les guío por el buen camino, y ese camino acaba aquí, donde estoy yo, que soy el bache, el socavón, y te será muy difícil esquivarme si yo no quiero que lo hagas. Todos los tipos chungos que ves en el cine con tus papas cada fin de semana no son más que personajes basados en individuos reales como yo; no te conviene llevarte mal conmigo, muchacho, porque el ultimo que lo hizo no se volvió a llevar mal con nadie. Escúchame bien, yo tengo un huerto, y últimamente me falta abono, entiendes lo que te quiero decir. Si quieres conservarte de una pieza preferirás no encontrarte conmigo dos veces, las segundas partes nunca fueron buenas, preferirás no ser un hombre para no ser el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; y todos sabemos que las piedras se pueden convetir en un arma, no me gustaría que eso pasase porque se lo que es querer cagarse de miedo en los pantalones y no poder por miedo a que huelan ese miedo, lo veo cada día reflejado en los ojos de aprendices de la vida como tu. no tengas la mas mínima duda de que he pasado por todo lo que puede destrozar a un hombre y lo he destrozado yo primero, porque el que da, óyeme bien, el que da, tiene que saber como dar para luego no tener que recibir, ha de dar duro, directo al alma, partirla en dos, porque si no, mocoso, tendrás que ir el resto de tu miserable vida mirando tras cada equina que dobles, cada calle que cruces, cada túnel que atravieses. Tarde o temprano cometerás un fallo y entrarás en un callejón sin salida, y ahí estaré yo esperándote, al final de ese camino, y te acordarás de lo que hoy te dije y de lo tonto que fuiste al no agachar la cabeza en ese momento. Créeme si te digo que cuando un hombre a tocado fondo, cuando se ha arrinconado a si mismo, se vuelve peligroso, impredecible, si un hombre no tiene nada que perder, otro hombre perderá todo lo que tiene cuando se crucé con él. Es así de sencillo, si invades mi espacio vital adquirirás un espacio mortal y tu vida no valdrá un mísero chavo, me aseguraré de ello, cotizarás muy a la baja.
JASAS
1 Comments:
¿Decimocuarta? ¿Tantas llevamos encima? ¡Dios! ¡Qué asco! Nos estamos haciendo viejos, esperemos que la decimoquinta o la decimosexta sean las últimas de una puta vez...
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