ANTICONSTITUCIONALIZACIONALMENTE ESTUPIDO

Si estas buscando una web y por equivocación pulsas la página 10 de resultados del google, entrando aquí, entonces es que este es tu sitio. El destino, tu atrofia muscular en las manos o la pura o puta mala o buena suerte han dado con tus huesos en este "usted está aquí" y sabes de sobra, aunque no logras expresarlo con palabras, que contra eso no se puede bregar, así es que es mejor que te dejes llevar. A lo mejor sacas algo en claro, aunque sólo sea el no sacarlo.

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Lugar: Spain

domingo, marzo 27, 2005

LA MODA, UNA MEDIDA DE TENDENCIA CENTRAL

No me gusta admitirlo, pero lo que me ha traído hasta aquí es algo parecido a una "...." (omito el nombre por la cantidad de veces que saldrá en el siguiente texto) y que mejor para iniciar mi página que una explicación de su existencia. Salud hasta el ataud para todos! ( ¿¿para cuantos?? -Je je je)
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Dicen los sabios del lugar que las modas son pasajeras, y yo me pregunto cada poco cual es su transporte predilecto y si les hacen descuento por minoría de edad. Una moda siempre encuentra trabajos temporales y mal pagados; rápidamente se va al paro y espera su oportunidad periódica para volver a la actividad, a costa de alguna compañera suya. El término elegante que utiliza el jefe para despedir a una moda es “pasar”. Si no le satisfacen simplemente la llaman al despacho y la pasan. Y esto ocurre en todos los ámbitos de la vida: una peonza se encuentra un buen día con que ha dejado de girar, mira de reojo a una canica saltarina que la escruta por encima del hombro y le hace cortes de manga y a un joven tazo que resplandece a la luz del sol. Es la época de hibernación de la peonza. Un joven algo confundido con sus ideas brinca sin ton ni son a lo largo y ancho del madrileño barrio de Salamanca con una cresta de colores en la cabeza y una camiseta de Sex Pistols mientras horrorizados lagartos verdes se escapan de sus casas-jersey en busca de un clima más húmedo.
Para iniciar o reactivar una moda se necesita algo más que un buen especialista en obstetricia o unos potentes desfibriladores. Es preciso ser famoso y reconocido por la multitud o estar en el momento y el sitio oportunos, ser convincente y parecerlo. Si Avril Lavigne, una chica guapa, joven y simple aparece con maravillosas chapas bordeando sus pechos, a los adolescentes se les caerá la baba y se comprarán unas cuantas chapitas, las adolescentes se darán cuenta de que el aspecto de Avril le gusta a los chicos y la imitarán. Por el camino escucharán su música y les enganchará y si no se harán creer a si mismos que les gusta. Indagarán en las raíces de ese estilo musical, que tienen algo, prácticamente nada, que ver con grupos punk de los 70 y 80 y reactivarán la moda estética punk. (ya por este momento el chico de ideas confusas llevará tiempo haciendo la ruta del bakalao)
Como decía al principio, la moda está presente en todo, lo parasita todo, y el sujeto individual no es la excepción. Generalmente cuando alguien se siente aclamado, es porque un grupo de gente se ha influenciado en cadena para llegar a la conclusión de que ese alguien es grande, es bueno. Lo mismo ocurre al sentirse abucheado. Las fieras huelen el miedo y atacan, los humanos huelen un halo de, llamémoslo, peste social (o marginación), y se apartan para evitar el contagio. Se puede dar en el aspecto de la amistad, en el afectivo, en el amoroso…Dos enfermos de peste social son inmunes entre si y no se pueden pegar nada, por eso tienden a juntarse, llegado a veces el caso en que lo que triunfa es la peste social (raras veces), que se convierte en una moda de sujeto individual, y los que huían antes ahora se rebozarán gustosos en el fango putrefacto. Así se me ocurre que nacieron modas como el grunge, el heavy, el punk, e incluso el comunismo. Si, también la política se ve rozada por la larga mano de la moda, mucho más que por la invisible y trabajosa mano de la razón. Si una minoría se convierte en mayoría se debe a que ha sido infectada por la moda, y, en su estado de mayoría, carecerá de todo lo que tenía en su estado de minoría. Aquí me aventuro a adaptar una aséptica frase, con este resultado: “la moda ni se crea ni se destruye, solo se transforma”
Al respecto de lo anterior solo puedo dar un consejo sin temor a equivocarme: si tienes un gran proyecto empresarial en mente, algo que guardas con el mayor secretismo y con lo que tienes pensado hacerte definitivamente rico, procura que no sea la creación de una compañía aseguradora de modas.

JASAS